Nacido en Guadalajara, México en el año 1965, Eduardo (Lalo) Michel se autodefine como “curiosista” de profesión. Desde pequeño siempre fue asediado por preguntas dentro de su cabeza acerca de muchos temas: entomología, paleontología, carpintería, psicología, electricidad, máquinas, sociología, historia, fotografía, artes, arquitectura y un largo etcétera. Esa inquietud por el conocimiento lo mantuvo indeciso sobre su formación universitaria y opta por la carrera de electrónica, la que abandona a mitad de cursos, y se inicia en el mundo del diseño industrial con enfoque en el interiorismo, incursionando en disciplinas como sol

Sobre Adelita 

De entre las mujeres que durante la Revolución Mexicana de 1910 acompañaban a los alzados destacó la enfermera Adela Velarde, que se sumó a la causa siendo muy joven y ahí, entre las vendas y los quejidos de los revolucionarios heridos, se enamoró de un sargento.

Algún autor anónimo compuso, inspirado en aquel romance, el Corrido de la Adelita y que, como los demás corridos revolucionarios, se fue cantando de campamento en campamento en torno a la fogata al abrigo de una guitarra, una harmónica o un acordeón hasta volverse popular, al grado de que a todas las mujeres que cuidaban de los insurrectos (haciendo de cocineras, de enfermeras, de esposas, de amantes o de prostitutas) comenzaron a llamarlas Adelitas. Pero no todas se mantenían atrás de las filas para entregar su cariño restaurando la salud y el ánimo de los soldados: algunas de ellas se terciaban una carabina 30-30 y, a caballo o a pie, con faldas largas o pantalón, huaraches o botines, rebozos y trenzas, se iban al frente a repartir plomo contra el enemigo.

De esta manera se fijó dentro de nuestro imaginario popular el personaje icónico de la Adelita como un rasgo identitario de nuestra mexicanidad. Una Adelita condensa en su imagen la dulzura y el cariño dedicados al hombre que arriesga su vida tras los altos ideales patrios de tierra y libertad, pero al mismo tiempo simboliza a una mujer valiente y empoderada capaz de enfrentarse a cualquier peligro. 

La pequeña moto que me acompaña en la travesía más larga y ambiciosa de mi vida encaja perfectamente en ese perfil por sus características: sus formas redondas y femeninas escondiendo una resistencia feroz a los caminos difíciles, una tecnología arcaica por demás simple que permite reparaciones rápidas aún sin muchas herramientas, aunque sacrificando velocidad y comodidad por practicidad, pero con el encanto de una señorita de acinturada figura y esponjada crinolina que se puede poner al tú por tú con más de cuatro gañanes. De ahí me nació la idea de su nombre que, después de haberlo concebido como personaje central de esta aventura, me reclamaba aún más coherencia, así que decidí ponerle trenzas, rebozo y cananas, y pintarla de color rosa mexicano. Esta decisión no implica poner en tela de juicio mi masculinidad, por si alguien tenía alguna duda acerca de mis inclinaciones.

A estas alturas es ella la que determina el ritmo, sus estados de ánimo dictan sobre los tiempos y las rutas, su presencia atrae todas las miradas, su valentía rompe toda lógica, su nobleza asombra y su gracia enamora.

Estoy convencido de que ella es la mejor compañera que pude elegir para esta locura. 

Resumen Libro Adeliando el Sur 

Realizar un viaje de grandes dimensiones en una moto pequeña y arrancar los primeros meses con unos mínimos ahorros pareciera ser un salto al vacío de las incertidumbres y los riesgos. Aún a sabiendas de ello Lalo Michel se lanzó cabalgando a lomos de “Adelita” para recorrer Latinoamérica y, al cabo de un año y medio, han cubierto más de 37,000 kilómetros a través de doce países, experimentando todo tipo de aventuras, conociendo sitios espectaculares, sufriendo averías y rompiendo todas las expectativas de lo predecible.

Esta es la primera entrega de una serie de libros que prometen muchas sorpresas y en los que Lalo Michel nos irá contando desde su sorprendente narrativa y su lente curiosa los momentos conmovedores, divertidos, peligrosos y asombrosos de este periplo al que aún le faltan muchos kilómetros.

Súbete a Adelita y acompaña a Lalo para dejarte tocar por la magia de los lugares y de las personas que se encuentran a lo largo de la ruta.

También puede ayudar de otra manera a que Lalo junto a Adelita completen esta travesía por America 

Ayudándoles con algunos litros de bencina para la sed de kilometros de Adelita, Click en la Foto